David la vio hermosa, Acán codiciable, Eva deseable y Jonás renunciable; todo por un clic.
Un clic une vidas que nunca se conocieron y puede apagar la relación de quienes siempre se amaron.
Un clic hace que la vida sea bella porque enamora a desconocidos y triste porque aleja a los que se amaron.
Un clic hace que se construyan los más hermosos versos y se destruyan las más grandes ilusiones.
Cuidado porque por un clic hay un niño adicto, un ejecutivo en la cárcel y una madre soltera llorando su soledad.
Pero también, por un clic un arrepentido regresa a casa y un desposeído se acerca al Padre.
La vida se prende y se apaga porque un clic fue activado, estemos alerta porque todo se puede iniciar por un CLIC.
«Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal»
(Proverbios 4:25-27)
Alvaro Fernández Sánchez