• No es el pensamiento que viene, es el que retenemos.
• No es lo mucho que tenemos, es el pan de cada día.
• No es la mentira que oímos, es la que convertimos en verdad.
• No es la vida que gastamos en Jesús, es la que ahorramos para nosotros mismos.
• No es la incertidumbre del mañana, es no ver a Jesús.
• No es que el pan escasea, es que Él no está en casa.
• No es el dolor que nos causa, es el resentimiento que cultivamos.
• No es el vino que se toma, es el guayabo que queda.
• No es lo acelerado de la vida, es la pausa que no se hace.
• No es omitir la intimidad, es acostumbrarse a vivir sin Él.
• No es el insomnio, es cómo lo utilizamos.
• No es que se haya ido, es que nos olvidó.
• No es que haya muerto, es que ya no le recordamos.
• No es que no sabe, es que acomoda la verdad.
• No es que acusa, es que es culpable.
• No es que no sea, es que se hace.
• No es que no sirva, es que no ha sido llamado.
• No es que no pueda, es que no quiere.
• No es que esté triste, es que ha perdido la esperanza.
• No es que se haya ido, es que no nos hace falta.
• No es lo que dice, es lo que comunica.
• No es que hablamos mucho, es que no oímos.
• No es que critiquemos, es que no somos consecuentes.
• No es la tentación, es el siguiente paso.
• No es que deje de congregarse, es que se está acostumbrando.
• No es que yo no quiera, es que a Dios no le agrada.
• No es si tenemos fe, es si es la verdadera.
• No es que no tengamos casa, es que no tenemos hogar.
Álvaro Fernández Sánchez