Desde el año 133 a.C., con una población cercana a 500.000 habitantes, Éfeso era la capital de la
provincia romana de Asia, allí vivía el gobernador. Era una ciudad costera del Mediterráneo, con un puerto muy congestionado y una vía de comunicación muy importante con el Asia Menor. Tenían un templo construido a la diosa Diana, allí acudían peregrinos de “toda Asia y el mundo conocido” (Hechos 19:23-41), lo cual contribuía a aumentar el prestigio de la ciudad.
Una de las iglesias primitivas más prominente era la iglesia de Éfeso. Pablo la fundó y pasó allí tres años enseñando a sus miembros. Ahora, unos seis o siete años después, él está prisionero en Roma esperando un juicio ante César.
Mientras espera, escribe esta carta. A diferencia de otras cartas suyas, no está escrita para hablar de alguna herejía o de un problema específico de una iglesia. Efesios es una carta de ánimo. En ella Pablo describe la naturaleza de la iglesia, que no es una organización, sino un organismo vivo: el Cuerpo de Cristo.
Después anima a los lectores a funcionar como el Cuerpo vivo de Cristo en la tierra. *
La carta a los Efesios, la escribió Pablo entre los años 60-62 d.C., desde una prisión en Roma.
Termina orando de la siguiente manera: Señor, la iglesia de Éfeso es una iglesia muy distinta a la mía, en una cultura también diferente y con una gran distancia marcada por los las épocas en las que vivimos. Te pido que estas diferencias no sean un obstáculo para entender y aplicar tu Palabra. Por el contrario, te pido que esas diferencias enriquezcan mi propia vida al comprender “las verdades” que tienes para mí a través de ellas.
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*GEORGE, Jim. Guía Bíblica Esencial. Portavoz. Michigan. 2009. Pág. 207